La huella hídrica es un indicador ambiental que calcula el volumen total de agua dulce empleada para producir bienes y servicios por parte de una organización, o consumida por un individuo o comunidad. Mide el volumen de agua consumida, evaporada y contaminada a lo largo de la cadena de suministro, ya sea por unidad de tiempo, o por unidad producida.
La huella hídrica consta de tres componentes:
- Azul: Volumen de agua dulce extraída de un cuerpo de agua superficial o subterráneo y que es evaporada en un proceso productivo o incorporada en un producto.
- Verde: Volumen de agua de precipitación que es evaporada en un proceso productivo o incorporada en un producto.
- Gris: Volumen de agua contaminada en un proceso. Se cuantifica como el volumen de agua requerida para diluir los contaminantes vertidos hasta que la calidad del agua se encuentre dentro de los estándares aceptables.
Veamos ahora la diferencia entre huella hídrica y huella de agua:
- El objetivo de la huella hídrica es cuantificar la cantidad de agua requerida por un consumidor, un producto, una empresa o una región geográfica, dividida en sus componentes azul, verde y gris. Para su cálculo es necesaria la definición del objetivo y el alcance, la contabilidad propiamente dicha y la formulación de un plan de reducción. Es utilizada por la iniciativa internacional Water Footprint Network (WFN).
- La huella de agua, regulada por la norma ISO 14046:2014, tiene como objetivo cuantificar los impactos potenciales (en el ecosistema, en la salud humana y en los recursos) relacionados con el uso del agua en el ciclo de vida de un producto. Cuenta con cuatro fases iterativas: definición del objetivo y el alcance, análisis del inventario de la huella de agua, evaluación del impacto de la huella de agua e interpretación de los resultados. La huella de agua puede formar parte de un estudio de análisis de ciclo de vida o ser una evaluación independiente.